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sábado, 9 de julio de 2016

Entendiendo a Descartes

Leo a Descartes, ergo sum

La nueva época y la crítica al pensamiento medieval
-          El Renacimiento:
a-      Ubicado en los siglos XV y XVI.
b-      Se caracteriza por ser una época de crítica al pasado inmediato (la Edad Media).
c-       Indica el momento en que el hombre occidental se ha desembarazado de la confianza en las creencias fundamentales sobre las que se había vivido en el mundo medieval.
d-      El mundo medieval se caracterizaba por tener una concepción religiosa del mundo y de la vida, centrada o dirigida hacia la divinidad.
e-      El renacimiento vuelve su mirada hacia este mundo, hacia la naturaleza.
f-       Las ciencias de la naturaleza se desarrollan.
g-      El arte renacentista le otorga una gran importancia al cuerpo humano.
h-      La concepción del  mundo es profana.
i-        Es casi estéril desde el punto de vista filosófico:
n  Es una época de crisis, no sólo de crítica al pasado inmediato.
n  Las viejas creencias están muertas y urge reemplazarlas.
n  Se las reemplaza en la vida activa y en las imágenes que el arte elabora.
n  No se consigue llevar al plano del concepto la nueva intuición del mundo que se agita detrás de ese arte.
j-        En lo que se refiere a la actividad filosófica, el renacimiento es época de fracasos.
k-      La época tiene clara conciencia de que los contenidos y modos del saber medieval son insuficientes:
n  Los critica y los rechaza.
n  No inaugura nuevos caminos.
l-        Se ha intentado renovar la antigüedad, reeditando pensadores antiguos, como por ejemplo el neoplatonismo.
m-    O bien, se tendió a precipitarse en el escepticismo.
n-      Es una época de transición.
o-      Una preparación de lo que luego advendrá con el siglo XVII.
p-      La ciencia y la filosofía cobran auténtico vigor y originalidad al fundamentarse sobre bases nuevas, con el siglo XVII, que representa la madurez de la edad moderna.

El problema del método
-          La crítica al saber medieval se centra en el método del conocimiento dominante en la Edad Media.
-          Afirman que es un método inútil, ineficaz, que impide cualquier progreso científico.
-          El método medieval se caracterizaba por ser escolástico. Este modo de proceder se caracteriza por el criterio de autoridad, el verbalismo y la silogística.
a-      Criterio de autoridad:
n  El pensamiento medieval reconocía como valedero y decisivo el llamado criterio de autoridad.
n  Se admitía que lo dicho por ciertas autoridades era verdad por el solo hecho de que tales autoridades lo afirmasen.

b-      Verbalismo:
n  Frecuentemente se enredaba en meras discusiones de palabras en lugar de ir a las cosas mismas.
n  O que, con solo vocablos o distinciones verbales se pretendía resolver problemas que, o eran falsos problemas carentes de importancia, o en realidad solo pueden solucionarse en base a la observación.
n  No se enuncia nada más.
n  El conocimiento no ha avanzado ni aumentado.
n  Solo se introducen nuevas palabras o expresiones de idéntico significado.

c-       Silogística
n  El silogismo es un razonamiento deductivo constituido por tres proposiciones o juicios:
-          Los dos primeros son llamados premisas.
-          El tercero es denominado conclusión y resulta necesariamente de aquellos dos.
n  Todo silogismo consta de tres términos o palabras principales.
-          Término mayor: predicado de la conclusión.
-          Término menor: sujeto de la conclusión.
-          Término medio: el que aparece en ambas premisas pero no en la conclusión.
n  Los silogismos contienen dos premisas:
-          Premisa mayor: la que contiene el término mayor.
-          Premisa menor: la que contiene el término menor.
n  No se amplía el saber.
n  Lo que dice en la conclusión está dicho y sabido en el punto de partida.
n  En el caso de que el punto de partida fuere falso, el silogismo funcionaría igualmente bien.
n  El silogismo puede valer como método de exposición para presentar ordenadamente verdades ya sabidas.
n  Tenía legitimidad en la Edad Media porque las verdades ya estaban dadas.
La filosofía de la desconfianza
-          Descartes (1596-1650)
-          La filosofía cartesiana se ofrece ante todo como el más tenaz y sostenido esfuerzo por alcanzar el último fondo, los principios últimos de las cosas.
-          Descartes no puede soportar lo dudoso, lo simplemente verosímil.
-          El conocimiento:
a-      Ha de ser completamente seguro.
b-      O ha de ser abandonado como teoréticamente insuficiente.
-          En un primer momento, su pensamiento puede caracterizarse como filosofía de la desconfianza dada la posición que asume frente a todo el esfuerzo secular de la filosofía que parece no haber conducido a nada y por las precauciones que tomará para evitar la repetición de aquellos fracasos.
-          Descartes se dispone a filosofar, tiene que comenzar a filosofar.
-          Es decir, iniciar el filosofar como si antes de él nadie hubiera filosofado.

La duda metódica
-          El radicalismo cartesiano se manifiesta como preocupación por evitar el error.
-          Ello lo lleva a la duda metódica.
-          La duda metódica se trata de hacer de la duda un método, convertir a la duda en el método.
-          El radicalismo quiere alcanzar un saber absolutamente cierto, cuya verdad sea tan firme que esté más allá de toda posible duda.
-          Sólo se dará por válido lo absolutamente cierto.
-          La manera más segura de encontrar algo absolutamente seguro es dudando de todo para ver si dudando de todo, forzando la duda hasta sus mismos límites, queda algo que se resiste a ella.
-          ¿Qué hizo Descartes?
a-      Se deshizo de todas las opiniones a las que le había dado crédito. 
b-      Empieza de nuevo desde los fundamentos.
c-       Esto lo realizó para poder establecer algo firme y constante en las ciencias.
-          La duda es:
a-      Metódica
n  Se la emplea como un instrumento o camino para llegar a la verdad.
n  No se queda en la duda, como los escépticos.
n  Estamos apartados del conocimiento de la verdad por numerosos prejuicios de los que creemos no podemos librarnos de otro modo que empeñándonos en dudar de todas aquellas cosas en las que hallemos una sospecha.
n  Las que son meramente dudosas también deben tenerse por falsas.
b-      Universal
n  Se aplica a todo, sin excepción.
n  Bastará que se dirija primero los ataques contra los principios sobre que descansaban todas las opiniones antiguas.
n  Se debe introducir la duda a los principios mismos sobre los cuales los conocimientos se apoyan.
n  Primero se debe efectuar una crítica sobre el saber sensible y luego, la del saber racional.
c-       Hiperbólica
n  Será llevada hasta su último extremo.
 Crítica del saber sensible
-          Descartes afirma que debemos dudar del conocimiento sensible dado que los sentidos a veces se equivocan y es propio de la prudencia no confiar demasiado en aquellos que nos engañaron alguna vez.
-          Como no es seguro que no nos engañen y, según el método propuesto, se tiene que dar por falso todo lo dudoso, debemos desechar el saber que los sentidos proporcionan.

¿Cómo puedo dudar de que me encuentro sentada en una silla, con una taza de café escribiendo un resumen de Descartes?
-          Descartes afirma que, a veces, en sueños podemos imaginarnos tal como estamos en este momento, cuando en realidad estamos dormidos.
-          No hay posibilidad de distinguir con absoluta seguridad el sueño de la vigilia.

Crítica del conocimiento racional
-          Con respecto a ello, Descartes da dos argumentos:

1-      Primer argumento:
n  Sirve para insinuar al segundo.
n  Destaca que, puesto que hay hombres que se equivocan al razonar, aún acerca de los más simples asuntos de geometría y cometen paralogismos, es decir, razonamientos incorrectos, podemos estar tan expuestos al error como cualquiera. Por ello, debemos rechazar como falsas todas aquellas razones que anteriormente habíamos tenido por demostrativas.
n  Cabe también la posibilidad de que todos los argumentos racionales sean falaces.
n  Este argumento no es todavía suficiente porque atañe propiamente a los razonamientos y se refiere a los procesos discursivos, los cuales se apoyan en ciertos principios.
n  Los principios a los que se hizo referencia anteriormente son conocidos intuitivamente.
n  Podemos dudar de estos principios, pero no en base al este argumento.

2-      Segundo argumento:
n  En este argumento, Descartes supone que cierto genio o espíritu maligno ha puesto su industria toda en engañarlo.
n  Es a este argumento al que se aludió más arriba cuando se habló del “hiperbolismo” de la duda cartesiana.
n  Descartes no dice que haya efectivamente tal genio, pero lo importante es notar que, por ahora, no tenemos ninguna razón para suponer que no la haya. Por ello, es una posibilidad su existencia.
n  La hipótesis del genio maligno debe ser tomada en cuenta porque representa el punto máximo de la duda, el último extremo a que la duda pueda llegar.


-          El saber racional se vuelve dudoso y una de las tareas de descartes será la de tratar de fundamentar la razón, esto es, el saber racional.

El cogito
-          En el preciso momento en que la duda llega al extremo, se convierte en su opuesto, en conocimiento absolutamente cierto.
-          Cita de Descartes: “(…) queriendo yo pensar, de esa suerte, que todo es falso, era necesario que yo, que lo pensaba, fuese alguna cosa; y observando que esta verdad: “yo pienso, luego soy”, era tan firme y segura que las más extravagantes suposiciones de los escépticos no son capaces de conmoverla, juzgué que podía recibirla sin escrúpulo, como el primer principio de la filosofía que andaba buscando”.
-          Aunque se suponga que el genio maligno existe y ejerce su maléfico poder sobre mí, yo misma tengo que existir porque de otro modo no podría siquiera ser engañada.
-          La famosa afirmación cogito, ergo sum (pienso, luego soy), no podría ser puesta en duda. Nos encontramos aquí con una verdad absoluta.
-          El cogito constituye el primer principio de la filosofía:
a-      Primero desde el punto de vista gnoseológico y metodológico, en la medida en que constituye el primer conocimiento seguro, el fundamento de cualquier otra verdad y el punto de partida para construir todo el edificio de la filosofía y del saber en general.
b-      Primero también desde el punto de vista ontológico porque nos pode en presencia del primer ente indudablemente existente que soy yo mismo, en tanto pienso.
-          El cogito es un conocimiento intuitivo, es decir, se lo conoce de modo inmediato, directo y no merced de una premisa mayor de la que se lo deduzca.

El criterio de verdad
-          Una afirmación es verdadera cuando lo que ella afirma coincide con el objeto a que se refiere.
-          El criterio de verdad es la nota, rasgo o carácter mediante el cual se reconoce que una afirmación es verdadera, o que nos permite distinguir un conocimiento verdadero de uno falso.
-          Una proposición es verdadera cuando sea clara y distinta o, en una palabra evidente.

Las reglas del método
-          La Regla IV de la obra Reglas para la dirección del espíritu explica lo que Descartes entiende por método.
-          Para el filósofo, un método es un conjunto de reglas ciertas y fáciles, observando exactamente las cuales nadie tomará jamás lo falso por verdadero y llegará aumentando progresivamente su saber al conocimiento verdadero de todo aquello que sea capaz.
-          Reglas de todo su pensamiento metodológico:

1-      Primera regla: regla de la evidencia:
n  No admitir como verdadera cosa alguna como no supiese con evidencia que lo es.
n  Evitar la precipitación y la prevención.
n  No comprender en los juicios nada más que lo que se presentase tan clara y distintamente a mi espíritu, que no hubiese ninguna ocasión de poderlo en duda.

-          En palabras más sencillas, se debe admitir como verdadero un conocimiento sólo en caso de que sea evidente, esto es, cuando no se pueda dudar de él.
-          La evidencia tiene dos caracteres: la claridad y la distinción:
n  Un conocimiento es claro cuando está presente y manifiesto a un espíritu atento.
n  Un conocimiento es distinto cuando en el conocimiento de algo, no hay nada que no le pertenezca a ese algo.

-          Cabe destacar que un conocimiento distinto tiene que ser claro, pero un conocimiento claro puede ser distinto o confuso.

-          El precepto ordena guardarnos de dos fuertes propensiones de nuestro espíritu: la precipitación y la prevención.

n  La precipitación consiste en afirmar o negar algo antes de haber llegado a la evidencia.
n  La prevención equivale a los prejuicios y, en general, a todos los conocimientos que nos han llegado por tradición, educación, factores sociales, etcétera y no por la evidencia. Nada que nos venga fuera de ella, puede ser válido dado que es válido solo aquello que hayamos conquistado mediante nuestro propio esfuerzo y según los principios del método.

-          Es importante visualizar que esta regla encuentra su confirmación en el cogito, porque el que éste sea un conocimiento indubitable se lo reconoce en la circunstancia de que es evidente.

2-      Segunda regla:  regla del análisis.
-          Esta regla ordena dividir cada una de las dificultades que examinare en cuantas partes fuere posible y en cuantas requiriese su mejor solución.
-          En palabras más concretas, nos dice que cuando nos ocupamos de cualquier problema o dificultad o cuestión compleja, se lo debe dividir, analizar y seguir con la división hasta el momento en que se llegue a algo evidente.
-          La división es lo que nos permite alcanzar la evidencia.
-          Si nos quedásemos ahí, en el puro momento analítico, divisorio, no se alcanzaría un auténtico conocimiento porque tendríamos ante nosotros una serie de medios aislados.

3-      Tercera regla: regla de la síntesis.
-          Descartes lo llama deducción, no obstante, le da a este término un significado que se aparta del corriente.
-          Propone que debemos conducir ordenadamente nuestros pensamientos, empezando por los objetos más simples y fáciles de conocer, para ir ascendiendo gradualmente hasta el conocimiento de los más compuestos, suponiendo un orden entre los que no se preceden naturalmente.

4-      Cuarta regla: regla de la enumeración
-          Este precepto exige examinar con cuidado la cuestión estudiada para ver su ni hay algún aspecto que se haya pasado por alto.

La cosa pensante. Las ideas innatas.

-          ¿Qué soy yo? Descartes responde esa pregunta afirmando que es una sustancia cuya esencia o naturaleza es pensar y que no necesita de lugar alguno ni depende de cosa alguna material.
-          El alma por la cual yo soy lo que soy es distinta del cuerpo.
-          Cabe destacar que si el cuerpo no fuese, el alma no dejaría de ser cuanto es.
-          Una aclaración importante es la de que descartes emplea los términos “pensar” y “pensamiento” de una manera amplia: pensar, para él, es sinónimo de toda actividad psíquica consiente.
-          ¿Qué es una cosa que piensa? Descartes destaca que es una cosa que duda, entiende, concibe, afirma, niega, quiere, no quiere, imagina y siente.
-          El alma es independiente del cuerpo y más fácil de conocer que éste.
-          El hecho de poseer cuerpo es dudoso, pero la existencia de alma o yo (el cogito) es indubitable.
-          ¿Por qué sucede esto? Porque de mi cuerpo no tengo conocimiento sensible sino indirecto, a través de las sensaciones, los dolores, etcétera. Ellas mismas son pensamientos en el sentido de Descartes, es decir, modos de la substancia pensante, sus estados o manifestaciones.
-          Entre los pensamientos, hay algunos que tienen singular importancia y que Descartes llama ideas.
-          Entre los pensamientos, unos son como las imágenes de las cosas y sólo a éstos conviene propiamente el nombre de idea.
-          Las ideas se subdividen en innatas, adventicias y facticias:
n  Innatas: son aquellas que el alma trae consigo, como constituyendo su patrimonio original, con independencia de la experiencia. Existen divisiones entre las ideas innatas:
a-      Las que representan cosas o propiedades de cosas (como las ideas de alma, de Dios).
b-      Las axiomas o verdades eternas y son proposiciones como “el todo es mayor que las partes”.
Con las ideas innatas trabaja la razón, como ocurre, por ejemplo, en el conocimiento matemático. Con respecto a ello sostiene Descartes que si nos atenemos a las reglas del método nos proporcionarán un conocimiento evidente.
Sin embargo, surge una dificultad: si bien el genio maligno no puede burlarnos acerca del cogito, puede engañarnos sobre cualquier otro conocimiento. Para que no nos quedemos detenidos en este punto y si queremos llevar el conocimiento más allá de la afirmación del cogito y salir de la eminencia de la conciencia, debemos buscar la forma de eliminar la hipótesis del genio maligno. Esto lo va a lograr descartes mediante la demostración de la existencia de Dios.
n  Adventicias: son aquellas que parecen venirnos del exterior, mediante los sentidos.
n  Facticias: son las que nosotros mismos elaboramos mediante la imaginación, como la idea de centauro.

Existencia y veracidad de Dios

1-      Primera prueba: la idea de Dios que tenemos ha de haber sido producida por algo o alguien y necesita una causa. Es preciso que esa idea me la haya puesto alguien más perfecto que yo, a saber, Dios. Por lo tanto, Dios existe.
2-      Segunda prueba (argumento mitológico): tengo la idea de un ente perfecto. Siendo este ente perfecto, no le puede faltar nada, porque si le faltase no sería perfecto. Por lo tanto, tiene que existir, porque si no existiese le faltaría la existencia, sería inexistente y esto sería una imperfección.
3-      Tercera prueba:  Dios es una substancia pensante infinita y que es perfecto, por lo tanto, no puede ser engañador, sino eminentemente veraz. Si nos ha hecho con nuestra razón y las ideas innatas, esto quiere decir que las mismas son instrumentos válidos para el conocimiento. La veracidad de Dios es garantía y fundamento de la verdad del conocimiento evidente, claro y distinto. Y si nos equivocamos, será por nuestra propia culpa, porque nos apresuramos a juzgar antes de haber llegado a un conocimiento claro y distinto o nos dejamos llevar por los prejuicios.

Dios representa un gozne fundamental en el sistema cartesiano, dado que significa el único camino posible para soslayar la hipótesis del genio maligno. Sin demostrar la existencia de Dios no podríamos tener ningún conocimiento cierto fuera del conocimiento del cogito.
Puede objetarse que nos enfrentamos ante un círculo. ¿Por qué?:
a-      Se demuestra la existencia de Dios por medio de un argumento que vale porque es evidente.
b-      Se sostiene que el conocimiento evidente es verdadero porque Dios lo garantiza.
¿Ante que nos encontramos?, ¿ante un círculo vicioso o ante un círculo virtuoso?
-          El círculo vicioso significa un defecto en la argumentación.
-          El círculo virtuoso responde a la estructura misma de las cosas de que se trata y que hay que respetar.

La substancia extensa

-          Se plantea el problema de saber si, además de Dios y de las substancias pensantes finitas, existe algo más.
-          Descartes destaca que posee la facultad de cambiar de lugar, de colocarse en diversas posiciones, etc.
-          El movimiento supone algo que se mueve y solo es concebible si hay una substancia espacial a la cual se halle unido.
-          Los movimientos deben pertenecer a una substancia corpórea o extensa, puesto que en su concepto claro y distinto hay contenida cierta suerte de extensión.
-          Según Descartes es imposible dudar de que tengo sensaciones, de que tengo la facultad de recibir ideas de cosas sensibles. Estas ideas han de tener una causa, la cual no soy yo dado que yo no soy consciente de producirlas sino que las recibo. Por lo tanto, habrán de ser efecto de una substancia diferente de mí.
-          Descartes siente en él una fuerte inclinación a creer que las ideas adventicias parten de cosas corporales, es decir, a considerar que los cuerpos son sus causas.
-          Esa inclinación natural ha sido puesta en él por Dios, por lo tanto es veraz concluir que existen cosas corporales.
-          Todo lo que percibimos clara y distintamente en las cosas corporales están verdaderamente en los cuerpos.
-          Solo en las propiedades geométricas son propias de la res extensa, con lo cual Descartes se convierte en el fundador de la física moderna.
-          La res extensa es una substancia que se llama así porque su carácter esencial es la extensión, el ocupar lugar.
-          La extensión equivale a la corporeidad, a la materia, de modo que para Descartes coinciden materia y extensión.
El racionalismo
-          Según el racionalismo, el verdadero conocimiento es el conocimiento necesario y universal, que se logra con ayuda de la razón solamente.
-          Uno de los reproches que Descartes dirige a la filosofía anterior se funda en que:
a-      Esta no supo atenerse a la pura razón.
b-      También frecuentemente mezcló nociones puramente racionales con otras que tienen su origen en la imaginación.
-          El racionalismo destaca que en lo que debe fijarse la atención es en los conceptos.
-          La matemática es el modelo de todo conocimiento:
a-      Ella procede valiéndose solo de conceptos.
-          El racionalismo sostiene que en filosofía se podría conocer toda la realidad, deducirla, aún en sus aspectos más profundos en su esencia y de manera necesaria y universal, con solo tomar la precaución de emplear el mismo método que usan las matemáticas: partir de axiomas y puros conceptos definidos, sin ningún recurso a la experiencia e inferir a partir de aquellos conceptos lo que de ellos se desprende lógicamente.

Supuestos del racionalismo

-          ¿Cómo es posible que la razón por sí sola conozca la realidad incluso en su aspecto metafísico?, desde esta perspectiva, el racionalismo reposa sobre varios supuestos, que no siempre ha logrado volvérselos explícitos a sí mismo. De tales presunciones, aquí se nombrarán a 3:
1-      En primer lugar: si el racionalismo tiene la pretensión de conocer la realidad con una sola razón, ello se basa en el supuesto de que la realidad misma tenga una estructura racional, que sea afín a la razón, transparente para la razón. Entre esa estructura racional y la realidad de nuestra razón existe un paralelismo. Por ello Descartes destaca que la idea es la cosa misma en tanto pensada.
2-      En segundo lugar: ¿qué es para el racionalismo la razón?, ¿cuál es la estructura de ésta?, ¿cómo está organizada? La razón de que el racionalismo habla es una facultad independiente de la experiencia y por ello sus conceptos no los encontramos en la experiencia. La razón es una facultad de conocer innata, dotada de ese repertorio de conceptos.
3-      En tercer lugar: ¿qué garantía se tiene de que el conocimiento que proporciona la razón sea válido? Descartes afirma que Dios es quien nos ha creado y en su infinita bondad y veracidad no puede querer engañarnos.

-          Entre las ideas innatas hay dos que en el racionalismo desempeñan función esencial, como base o fundamento de su metafísica y gnoseología: los conceptos de substancia y causalidad.  
a-      Causalidad: se ha visto que la primera demostración de la existencia de Dios se apoya en la relación de causalidad. En términos más generales, puede agregarse que la causalidad representa una relación necesaria de nuestro pensamiento y de las cosas, que Descartes afirma que es un axioma o una verdad eterna.
b-      Substancia: la substancia representa, para el racionalismo, el modo de ser fundamental y primario: todo lo que es, o es cosa o es propiedad o característica de alguna cosa. Podemos ampliar el concepto de substancia con un ejemplo:  la substancia que soy yo, con mi alma; los estados psíquicos que ahora tengo son diferentes de los que tenía ayer , no obstante, sigo siendo el mismo yo, es decir, la misma substancia a través de todos estos cambios.  Esto sucede porque la cosa sigue siendo la misma por debajo de sus cambios, por eso se llama sub-stancia. ¿Debajo de qué?, de los accidentes como constituyendo el fondo o fundamento de la cosa, aquello que en la cosa es lo permanente. La substancia existe por sí misma y en sí misma, sirviendo como unidad, sostén y fundamento de los accidentes y sosteniéndose o bastándose a sí misma. Definición de substancia para Descartes: una cosa que existe de tal manera que no necesita de ninguna otra para existir.

-          La filosofía es una actividad esencialmente crítica y Descartes es uno de los filósofos que más perseveró en esa actitud crítica y que más a fondo ha tratado de llevarla, hasta tal punto de que intentó valerse de la duda para construir un sistema filosófico que no admitiese nada porque sí.
-          A pesar de todas las precauciones en las que consiste el método cartesiano, se filtraron supuestos que el filósofo no pudo detectar.

Glosario:
Axioma: Proposición o enunciado tan evidente que se considera que no requiere demostración.
Escolástica: Teoría muy trabajada, sin crítica interna, que resulta conservadora y sin ideas renovadoras.
Gnoseología: Parte de la filosofía que estudia los principios, fundamentos, extensión y métodos del conocimiento humano.
Premisa: Afirmación o idea que se da como cierta y que sirve de base a un razonamiento o una discusión.
Profano: Que no es sagrado ni sirve para fines sagrados.

Teorética: Teoría (conjunto de reglas).

El rol de los medios de comunicación durante la última Dictadura Cívico-Militar


El rol de los medios de comunicación durante la última Dictadura Militar

“(…) Sin esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles”. Con esta frase, Rodolfo Walsh cierra la Carta abierta de un escritor a la Junta Militar. La cita, me motivó a escribir el presente ensayo, dado que en la misma se refleja la valentía de este periodista que, como tantos otros, ensanchó la macabra lista de desaparecidos durante la última dictadura militar. El objetivo con el despliegue de mi escritura, no es hablar solamente de Walsh ni de la carta mencionada anteriormente, sino reflexionar sobre el rol de los medios de comunicación en la nefasta etapa que comenzó en 1976 y cuyas huellas permanecen hasta hoy.
                A este ensayo, también lo quiero emplear para recordar solemnemente a todos y cada uno de los periodistas desaparecidos, cuyas vidas pasaron a la historia negra de nuestro gigantesco país. Los trabajadores de los medios en aquella época, sufrieron tras ser víctimas de los vicios que el poder les había otorgado a los militares. El reino del terror se había instalado, y el gritar la verdad, conllevaba a la desaparición.  
                Hablar de dictadura, es hablar de represión, de muertes, de voces silenciadas y de miedo. Durante todos los gobiernos militares en Argentina, pero mayormente en el que se inició en el 1976, las muertes por el hecho de pensar distinto fueron moneda corriente. Muchas vidas se perdieron por hablar desde su propia razón y no a partir de lo explicitado por unos seres autoritarios y nefastos, que en su afán de “controlar a la población”, mataron cruelmente a miles y miles de personas.  
                La persecución a los periodistas en el último Gobierno militar, se puede comparar con la que sufrieron los peronistas en la Revolución Libertadora, debido a que a ambos grupos, cada uno en su época, se los torturó hasta que encontraran la muerte, por el simple motivo de pensar de una manera desigual de la que los gobernantes sostenían. Algo que, sin lugar a dudas y lamentablemente, estaba prohibido en aquellas épocas. El fantástico libro de Rodolfo Walsh, titulado Operación Masacre, narra con gran rigor periodístico los fusilamientos a un grupo específico de peronistas en el año 1956.
                Rodolfo Walsh, fue un hombre que traspasó las barreras del periodismo y se transformó en un mito para la sociedad en su conjunto, por su valor y franqueza a la hora de realizar la noble tarea de comunicar. Fue uno de los tantos desaparecidos durante la última dictadura militar, pero aún sigue vivo en cada uno de sus textos.  A muchos de ellos, los podemos apreciar en El violento oficio de escribir: obra periodística 1953-1977, un libro que desde este lugar recomiendo, ya que en él se aprecia su forma de hacer periodismo.  Sus escritos allí ubicados, destacan a Walsh como un hombre comprometido con las problemáticas que atravesaban a la sociedad. Habló de muertes,  política, injusticia, misterios sin resolver, catástrofes,  entre otras problemáticas de vital importancia.
El último texto que el periodista argentino escribió, el que lamentablemente le costó la vida, fue Carta abierta de Rodolfo Walsh a la Junta Militar (También denominada Carta abierta de un escritor a la Junta Militar). En ella, convergen críticas abordando diversas temáticas sobre el primer año en el poder de los militares.
                Lógicamente, Walsh no fue el único periodista que desapareció. De hecho, según el libro Con vida los queremos: Las voces que necesitaba silenciar la dictadura: periodistas desaparecidos, el 1,6% de los integrantes de la lista de desaparecidos, corresponden a trabajadores de los medios de comunicación. Una cifra que duele, aunque muchos se esmeren en minimizarla. Algunos de los periodistas que se encuentran en esa lista, son Claudio Adur, Juan José Asconde, Raymundo Gleyzer, Juan Miguel Satragno, Victor Eduardo Seib, María Elena Amadio, Rolando Baradino, Marcelo Ariel Gelman, entre tantos otros. Me estremezco al leer los nombres y al saber que murieron por hacer de una manera correcta su trabajo. Honestamente, no entiendo y jamás entenderé a los que defienden a los militares y afirman que los periodistas fueron los culpables de sus propias muertes, bajo la afirmación de “algo habrán hecho”.
                Según el capítulo “Dictadura y transición a la democracia: Argentina, 1973-1985”, incluido en el libro Medios de Comunicación y Política en América Latina, cuando el Gobierno militar tomó el poder en 1976, levantó la prohibición sobre los servicios de cable y suprimió el impuesto sobre la publicidad. Si se analiza esta última medida, algunos coincidirían en que fue positivo el accionar de los militares, pero no fue del todo así; ¿por qué?, sencillo, porque el Gobierno militar, empleó a los medios para efectuar campañas publicitarias, ponderando su régimen y defenestrando a enemigos. Si bien cuando el peronismo aplicó el impuesto antes mencionado, los medios efectuaron quejas debido a la disminución de sus ganancias, cuando aquella medida se suprimió, tuvieron menos libertad de expresión y le concedieron espacio a los genocidas, logrando, de esta manera, un aumento sustancial en sus lucros. Más dinero a costa de hacer silencio, parece haber sido la consigna de muchos medios de comunicación en aquella época.
                La situación mencionada anteriormente tuvo lugar ya que no todos los periodistas eligieron respetar sus ideales periodísticos y comunicar con la verdad, sino que, tristemente, algunos medios aplaudieron cada palabra impregnada con sangre que se emitía desde la boca de un militar; convirtiéndose en cómplices, porque el que hace silencio y no actúa, es parte de la violencia. Las únicas críticas que se escuchaban desde esa parte mayoritaria del periodismo de aquella época, según el capítulo nombrado en el párrafo anterior, hacían referencia a la política económica aplicada o a otros aspectos de importancia menor. No mencionaban (salvo escasas excepciones como el Buenos Aires Herald) a los desaparecidos, no acusaban las injusticias sociales, dejando de lado su ética periodística  y también, a su consciencia.
                Nótese la ironía en la actitud de los militares en la siguiente cita: “Los militares manifestaban su creencia en la libertad de expresión y en la propiedad privada, pero obligaron a los medios de comunicación a adherirse estrictamente a la Doctrina de Seguridad Nacional. La Junta Militar estableció encarcelamientos ilimitados para los directores de periódicos, las emisoras radiofónicas o los programas de televisión que publicasen o emitiesen  información sobre los grupos guerrilleros que operaban en el país. El régimen decretó penas de diez años de cárcel para cualquiera que publicase o emitiese información contraria a las Fuerzas Armadas, incluyendo la información sobre las brutales violaciones de los derechos humanos perpetrados por los militares” (MURARO, 1989). Es decir, el Gobierno militar, en palabras enaltecía la bandera de la libertad de expresión, pero por otro lado imponía reglas para los medios y efectuaba acciones violentas para con los periodistas que no se adecuaran a las mismas, lo cual es sumamente contradictorio.
                Los militares, controlaron los canales de televisión bonaerenses para imponer la censura en todas y cada una de las informaciones.  Ocultaban una realidad y proponían la suya, violando uno de los derechos humanos más relevantes: el derecho a la libertad de expresión. Los medios son constructores de discurso, debido a la gran influencia social que poseen, por lo que la Junta Militar no se atrevía a que las personas tengan a su disposición una serie de noticias que revelen lo que acontecía en el país.
                La política económica aplicada durante esta nefasta etapa, tuvo duras consecuencias para con los trabajadores que convivieron atemorizados frente a los fantasmas de la desocupación y de los sueldos bajos.  En cuanto a la educación pública, se puede decir que el acceso a la misma, por parte de las personas de bajos recursos económicos, se hizo cada vez más difícil. Esas transformaciones, tuvieron efectos sumamente negativos para los medios de comunicación, de hecho, la circulación de los diarios y las revistas bajó casi a la mitad. La cultura y los medios estaban en crisis, al igual que el país.
                Los militares continuaron con sus tareas de afectar a la comunicación, creando una industria nacional de prensa que “(…)fortaleció a sus propietarios (Clarín y La Nación), pero debilitó a los periódicos más pequeños del interior del país y a los periódicos que, como La Prensa, de Buenos Aires, tenían vínculos tradicionales con distribuidores internacionales de material de imprenta” (MURARO, 1989). Ayudar solamente los poderosos, no es lo ideal; los beneficios que brinda Estado, deberían ser equitativos. Los medios de comunicación más chicos, tendrían que haber tenido las mismas posibilidades que los protegidos por el régimen militar.
                El Gobierno militar, se tomó la atribución de manejar los medios de comunicación pero “(…) nunca prestaron atención  a determinados problemas de radiodifusión argentina, por ejemplo, la concentración de la propiedad de los media o el sistema financiero de ventas, reventas y descuentos a los grandes anunciantes, sistema éste que era responsable de la mayor parte de las decisiones relativas a la programación” (MURARO, 1989). Tampoco actuaron de una manera correcta con respecto a las diferencias entre medios de comunicación poderosos y pequeños, ya que ambos, a pesar de sus profundas diferencias, respondían a la misma legislación.
                Durante el último Gobierno militar, la libertad de expresión se sumó a la lista de desaparecidos, porque se la encadenó y de a poco se la fue matando, silenciando a trabajadores de los medios, censurando la verdad y dejando de lado la realidad. Es importante tener en cuenta el rol de los medios de comunicación en la dictadura para tener la fortaleza de decir “Nunca más” y jamás olvidar a los periodistas que dejaron sus vidas por mostrarle lo que realmente sucedía a un pueblo cegado por las mentiras de los genocidas.
                Quisiera terminar este ensayo, con una frase exquisita de Rodolfo Walsh que demuestra la esencia del periodismo y que jamás debe ser perdida de vista por todos aquellos que se dedican, o nos dedicaremos en un futuro a la noble tarea de comunicar: “(…) el periodismo es libre, o es una farsa, sin términos medios”.




Bibliografía:
APBA: Asociación de Periodistas de Buenos Aires (1987), Con vida los queremos: Las voces que necesitaba silenciar la dictadura: periodistas desaparecidos.  Asociación de Periodistas de Buenos Aires (APBA). Bs. As.
MURARO, Heriberto, “Dictadura y transición a la democracia: Argentina, 1973-1986” en FOX, Elizabeth (Ed.) (1989) Medios de Comunicación y Política en América Latina. G.Gili.  México. Pp. 146-156
WALSH, R.J.  (1998), El violento oficio de escribir. Obra periodística (1953-1977). Planeta. Bs.As.
WALSH, R.J. (2000), Operación masacre. Ediciones de la Flor. Bs.As.


¿Cómo referenciar este ensayo en la bibliografía?

El rol de los medios de comunicación durante la última Dictadura Militar [Consulta: fecha de su consulta]. Disponible en: http://hycsociales.blogspot.com.ar/2016/07/el-rol-de-los-medios-de-comunicacion.html

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